Según el balance de criminalidad del Ministerio del Interior, en España los robos perpetrados en los hogares se han incrementado en más de un 25%. La cuestión es que un ladrón habilidoso que cuente con el tiempo, los equipos y ciertos procedimientos avanzados de penetración, tendrá la capacidad de entrar prácticamente en cualquier casa o establecimiento comercial. Por eso, una cerradura invisible se convertirá en tu mejor aliada.
Entre los malhechores existe un principio intocable, buscar siempre el lugar con el acceso más sencillo. Por lo cual, no se trata de hacer tu hogar inviolable, algo poco factible y cuyo intento implicaría una cantidad de dinero y otros recursos que probablemente no estén a tu alcance. La idea es lograr, en todo caso, que el atraco se les dificulte y decidan largarse.
El bumping es tu peor enemigo
Un impresionante número de asaltos hoy, son una consecuencia directa de haber utilizado la técnica del bumping. Con este sistema y sin necesidad de emplear grandes recursos, un atracador hábil puede abrir una puerta aunque no tenga la llave del propietario y, asimismo, dejar la cerradura intacta. Esto representa un problema mayor, porque al no quedar huella evidente, las compañías aseguradoras se niegan a pagar.
Por otra parte, dicho procedimiento es el mismo que usan los cerrajeros profesionales al auxiliar a aquellas personas que pierden sus llaves o las olvidan dentro del lugar y después no pueden volver a entrar. No obstante, por Internet se ha difundido el método, que además no es muy complicado,de modo que ahora cualquiera es capaz de aplicarlo y las ganzúas que se utilizan funcionan en la mayoría de las cerraduras.
¿Cuál es la solución?
Hasta el momento las cerraduras invisibles constituyen la opción más fácil, rápida y económica de incrementar la seguridad de un lugar, y se colocan con gran facilidad en todo tipo de puerta o ventana (metálicas, de madera, de vidrio o acorazadas). Esto resulta especialmente útil en la planta baja de establecimientos comerciales, casas y apartamentos.
Estos dispositivos se instalan por el lado interno del cerramiento y, por tanto, no se ven; así, al combinarlas con un modelo tradicional ofrecen una mayor garantía de impenetrabilidad. La razón es que después de que los asaltantes hayan empleado sus mejores habilidades para violar el sistema existente, se encontrarán que todavía no pueden meterse en la vivienda y se marcharán en búsqueda de opciones más sencillas.
Para abrirlas solo necesitas añadir un control remoto a tu llavero. Con él enviarás la señal electrónica cuando te encuentres a una distancia menor o igual a 10 metros. Los códigos se encriptan, lo que dificulta la labor de los hackers. El dispositivo funciona con baterías que tienen una vida útil extendida, y tolera hasta 1200 kg de presión, con lo que es casi imposible de traspasar el cerramiento a menos que se destroce.
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