Frente a una ventana, es posible reflexionar sobre los hechos de la vida mientras se contempla el infinito. Y sin ser tan profundo, podemos reconocer que esas estructuras llamadas ventanas nos permiten iluminar el interior de las habitaciones con la luz del sol, analizar las condiciones atmosféricas del momento, percibir la brisa y muchas cosas más. Pero dado que comunican con el exterior, necesitan mecanismos seguros de protección. Conoce algunos de ellos en el presente artículo.
Karl Pilkington, presentador de televisión, escritor, actor y productor, dijo: «Deja de mirar las paredes, mira por la ventana». Sin embargo, para que no representen ningún riesgo ni sean un punto vulnerable en nuestras instalaciones, necesitas herrajes de calidad que, por supuesto, podrás encontrar en Albafer, tanto en nuestra ferretería de Cuenca como en la de Albacete. Este es el grupo de partes metálicas que mantienen posicionadas las hojas en sus marcos y que además proporcionan:
- Estanqueidad. Capacidad de hermeticidad de una ventana contra la lluvia, aire, nieve, polvo, etc. cuando se encuentra cerrada.
- Resistencia. La ventana tiene que poder soportar los embates del viento sin dañarse.
- Apertura y cierre. Los herrajes minimizan los esfuerzos necesarios para hacer ambas maniobras.
Por otro lado, los herrajes tienen que combinar con los perfiles para no alterar la continuidad de la estructura y facilitar un cierre gradual y progresivo. Esto último permite compensar cualquier pequeño error dimensional que haya surgido durante la construcción del respectivo cerramiento.
¿Cuáles son los mecanismos de bloqueo utilizados en las ventanas?
Los sistemas de herrajes más comunes son los de colgar, desplazar y cerrar. Todos ellos pasan por exigentes pruebas normalizadas durante su fabricación, que garantizan su buen funcionamiento durante una cierta cantidad de ciclos. Tras las simulaciones, los mecanismos de apertura y cierre deben ser capaces de responder correctamente. El objetivo es avalar su:
- Robustez
- Resistencia a la corrosión, debido a su exposición a la humedad
- Desmontabilidad
El diseño de los herrajes para colgar (bisagras y pernos) ha variado poco a través de los años, excepto en lo que respecta a los procesos tecnológicos utilizados en su fabricación, que hoy en día son más precisos. Los de cierre, que describiremos a continuación, son los que más transformaciones han sufrido. Su cambio ha ido de poseer dos puntos de anclaje (lineal) a múltiples opciones (perimetral), con lo cual ha aumentado su complejidad y nivel de seguridad.
¿Qué son españoletas, fallebas y cremonas?
Estos mecanismos pertenecen a la categoría de herrajes de cierre. Veamos cada uno de ellos:
- Españoletas. Su acción originaba una presión sobre la sección central de cada hoja y también sobre las zonas extremas colocadas arriba y debajo de la ventana. En un principio, se trataba de un cerrojo de estructura cilíndrica muy largo que terminaba en dos anclas o garfios. Las españoletas se fijaban por medio de un anillo metálico que finalizaba en un tornillo (armella) y que además guiaba el movimiento, al tiempo que facilitaba el giro.
Este tipo de herrajes funcionaba por medio de una palanca que producía dos giros. Uno en el plano vertical, con el propósito de que la armella encajara, y otro en el plano horizontal que controlaba los garfios. En la actualidad, prácticamente han caído en desuso.
- Cremonas. Este dispositivo es el resultado de variaciones hechas a la españoleta y se diferencia de aquella por poseer cerrojos planos, además de activarse por medio de manillas que giran solo en el eje horizontal. Sus ventajas son una mayor precisión y una menor exigencia de fuerza para operar, gracias a la adaptación de un dimensionamiento más exacto de sus perfiles.
Las cremonas pueden colocarse sobre la hoja o embutirse en el canto, y las modernas incluyen el montante, varillas de empuje, mango y también a los mecanismos de cierre. Se fabrican en acero, principalmente, y los acabados se hacen con zinc, cromo o latón, mientras que en las manillas se usan también otros materiales decorativos.
- Fallebas. Este el producto obtenido a partir de la evolución de las cremonas y posee una zona central donde se unen las hojas y se aseguran con un picaporte. Durante su funcionamiento imprimen una mayor presión a los perfiles que sus antecesores, lo que resulta muy útil cuando los marcos de la ventana, al igual que los orificios de encaje, no han sido realizados con suficiente precisión.
La falleba y la cremona se distinguen de la españoleta en que las manillas no pivotan al moverlas y, en lugar de girar, su encaje se produce por deslizamiento de las pletinas. La presión sí se obtiene, en todos los casos, al desplazar suavemente, el elemento de anclaje respecto al plano vertical. Estos dispositivos se han popularizado en la fabricación de ventanas de madera a la francesa para exteriores.
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