Una de las principales preocupaciones de toda persona es la seguridad de su familia y hogar. Para muchos, su casa o apartamento es un refugio en el cual han guardado todas sus pertenencias valiosas, recuerdos de una vida entera y donde se reúnen sus seres queridos, por lo que se debe recurrir al uso de métodos como es el de la cerradura invisible.
Hay varios puntos clave que se deben considerar a la hora de reforzar un lugar, podemos deducir que las más evidentes son las entradas, por ser las zonas más fáciles y susceptibles de ser forzadas. Fallar en invertir en estas áreas resultará en pérdidas mayores por hurtos u ocupaciones.
Sin embargo, la cantidad de opciones que han surgido en el mercado para proveer de la tranquilidad de saber que nadie entrará en su hogar sin su consentimiento es abrumadora, por lo que es difícil escoger.
La mayoría de las puertas poseen mecanismos tradicionales sencillos para los cuales se requiere del empleo de una llave específica que, por lo general, solo puede ser duplicada por cerrajeros, pero es posible forzar la cerradura mediante procedimientos ingeniosos y complicados que pocos dominan.
La necesidad de ganzúa, no obstante, ha decaído rápidamente con la popularización del bumping (que consiste en presionar una llave con un objeto, como un martillo, para desbloquear los cilindros y permitir el desplazamiento), y este tipo de conocimientos se ha extendido bastante a través de Internet, con efectos funestos en la seguridad de miles, cuando no millones, de edificaciones.
La sencillez de esta técnica ha permitido que cualquiera, sin conocimientos avanzados (y difíciles de adquirir) de ganzuado pueda entrar a cualquier lugar. Y para volver peor la situación, no deja evidencias de que se haya forzado la entrada, por lo que los seguros no cubren los daños o pérdidas causados ante dicha falta de pruebas.
La posibilidad de aplicar fuerza para abrir la puerta o el empleo de estas estrategias ha obligado a cambiar los métodos de seguridad, por lo que las cerraduras electrónicas no han tardado en aparecer, con el consiguiente requerimiento de contraseñas o de llaves específicas para ello.
Asimismo, siguen existiendo mecanismos manuales, pero con modelos más complejos de llave y mayor cantidad de cilindros para protegerla de ataques a la fuerza, por lo que es complicado duplicarlas. Sin embargo, en el fondo los elevados costes y la constante aparición de maneras de burlar estas medidas de protección han acabado por disuadir a muchos de adquirirlos, con lo que están expuestos a los robos.
Y es precisamente aquí donde la aparición de las cerraduras invisibles resulta providencial. Colocadas externamente por el lado interno de la casa, cuentan con una instalación simple que no implica que carezcan de eficacia por ello.
El uso de unos tornillos (en el caso de madera) o de un fuerte adhesivo (para el vidrio de puertas o ventanas) bastará para proveer fortaleza adicional a tus accesos. Además, esta cerradura no se encuentra expuesta al alcance de las manos de ladrones, por lo que no puede forzarse y solamente se abrirá mediante un control codificado exclusivamente por los propietarios del inmueble.
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